La nutrición foliar se ha consolidado como una herramienta clave en la agricultura moderna.
En un contexto donde los cultivos están sometidos a condiciones cada vez más exigentes, estrés hídrico, desequilibrio nutricional, baja disponibilidad radicular, suelos salinos o compactados, la fertilización vía foliar permite una respuesta rápida, eficiente y localizada en las fases críticas del desarrollo vegetal.
Su ventaja no solo radica en la velocidad de absorción, sino también en la posibilidad de complementar la nutrición radicular sin depender exclusivamente del estado físico-químico del suelo.
Empresas líderes como Artal Smart Agriculture han apostado por el desarrollo de soluciones foliares avanzadas, formuladas con tecnologías punteras y adaptadas a los retos actuales del agricultor profesional.
A través de productos altamente especializados, en Artal ofrecemos las mejores alternativas técnicas capaces de mejorar el rendimiento, la calidad y la rentabilidad de los cultivos, manteniendo la sostenibilidad y el equilibrio fisiológico de las plantas.
Nutrición foliar, estrategia clave en la agricultura moderna
La fertilización foliar consiste en la aplicación de nutrientes directamente sobre las hojas, permitiendo su absorción rápida a través de los estomas y cutículas.
Esta técnica no reemplaza la fertilización radicular, pero sí la complementa eficazmente, especialmente en circunstancias como:
- Bloqueos nutricionales por pH, salinidad o compactación del suelo.
- Necesidades puntuales de microelementos o macronutrientes en momentos concretos.
- Cultivos intensivos con alta demanda metabólica.
- Condiciones climáticas que dificultan la absorción radicular (frío, sequía).
La ventaja diferencial de la nutrición foliar es su precisión fisiológica: aporta lo que la planta necesita, cuando más lo necesita, y justo donde más lo necesita: en el tejido fotosintéticamente activo.
Además, es compatible con tratamientos fitosanitarios, lo que permite su integración en programas de manejo integrado de cultivos.
Entidades y organismos como la FAO, la EFSA, el ICIA (Instituto Canario de Investigaciones Agrarias), y numerosos centros de investigación agronómica, han señalado los beneficios de esta práctica, en especial en cultivos de alto valor.
Soluciones Artal
Foliartal N30, máxima eficiencia en estadios de crecimiento activo
Foliartal N30 es un fertilizante foliar rico en nitrógeno formulado por Artal para ser utilizado en los momentos de mayor actividad vegetativa de los cultivos.
Su formulación avanzada combina nitrógeno nítrico, amoniacal y ureico, lo que permite una liberación equilibrada y sostenida del elemento, adaptándose a las diferentes tasas de absorción foliar.
Esta característica lo convierte en una herramienta clave en fases como brotación, desarrollo de biomasa y prefloración.
El nitrógeno es un macronutriente esencial para el metabolismo proteico, la síntesis de clorofila y el crecimiento vegetativo. Sin embargo, su movilidad en el suelo puede verse afectada por factores como el lavado, la volatilización o la inmovilización microbiológica.
En este contexto, Foliartal N30 ofrece una solución eficaz para garantizar la disponibilidad inmediata del nitrógeno en tejidos jóvenes, sin depender exclusivamente de la rizosfera.
Además, incorpora microelementos esenciales como zinc, manganeso, boro y molibdeno, lo que permite potenciar procesos enzimáticos clave, favorecer el transporte de azúcares y asegurar una mayor eficiencia metabólica.
Por su alta solubilidad, baja fitotoxicidad y rápida asimilación, este producto se posiciona como una opción de referencia para agricultores que buscan maximizar el desarrollo vegetativo con seguridad y precisión.
Foliartal L24, equilibrio entre calcio y boro para calidad de tejidos
Fertilizante foliar de calcio complejado con boro, diseñada específicamente para mejorar la estructura de los tejidos vegetales, fortalecer la pared celular y prevenir trastornos fisiológicos relacionados con la deficiencia de estos nutrientes.
La combinación de Ca y B, aplicada directamente sobre los órganos de consumo, permite una translocación más eficiente, especialmente en fases de crecimiento de frutos y cuajado floral.
El calcio, al ser un nutriente de baja movilidad en la planta, presenta grandes limitaciones cuando se aporta por vía radicular, especialmente en condiciones de estrés hídrico o bajas tasas de transpiración.
En estos casos, la vía foliar resulta imprescindible para garantizar su llegada a tejidos en crecimiento.
El calcio estabiliza el pectato de calcio en la pared celular, lo que confiere mayor firmeza al fruto, resistencia a patógenos y mejor comportamiento poscosecha.
Por su parte, el boro actúa en sinergia facilitando el transporte de calcio, promoviendo la formación del tubo polínico, regulando el transporte de azúcares y participando en la división celular.
Una deficiencia de boro puede resultar en frutos deformes, caída floral y disminución del cuajado.
Gracias a su formulación equilibrada, Foliartal L24 se convierte en un aliado estratégico en cultivos como vid, tomate, fresa, lechuga, cítricos y frutales, donde la calidad de los tejidos marca la diferencia en el mercado.
Dulzee: maduración dirigida y calidad organoléptica superior
Dulzee es un bioestimulante foliar de la maduración desarrollado por Artal que integra polisacáridos enriquecidos con calcio, magnesio, boro, cinc y molibdeno, además de ácidos urónicos de alta biodisponibilidad.
Su función principal es la de estimular la acumulación de azúcares, mejorar la consistencia del fruto, regular la maduración y optimizar el uso energético de la planta.
El proceso de maduración, en términos fisiológicos, implica una intensa demanda de azúcares, enzimas y energía.
Dulzee actúa aliviando el estrés energético del cultivo al aportar polisacáridos fácilmente asimilables, lo que reduce el gasto que la planta realiza en la síntesis de estos compuestos. Este ahorro se traduce en una maduración más uniforme, anticipada y equilibrada.
Además, su contenido en calcio ayuda a retrasar la síntesis de etileno, la hormona de la senescencia, lo que prolonga la vida útil del fruto y mejora su resistencia al transporte y almacenamiento.
El boro y el cinc favorecen la división celular, el transporte de azúcares y la formación de tejidos consistentes, mientras que el magnesio, como componente central de la clorofila, mejora la eficiencia fotosintética.
Dulzee está indicado en cultivos como hortícolas de fruto, frutales, cítricos y viña, y se posiciona como una herramienta avanzada para productores que priorizan calidad organoléptica, uniformidad y valor comercial.
Avances científicos en nutrición foliar: más allá del aporte nutricional
En los últimos años, el avance en biotecnología agrícola, la mejora en la formulación molecular de fertilizantes y los estudios en fisiología vegetal han transformado la manera en que entendemos la nutrición foliar.
Ya no se trata únicamente de aplicar nutrientes sobre las hojas, sino de diseñar moléculas capaces de atravesar la cutícula, movilizarse internamente y activar procesos metabólicos específicos.
Una de las innovaciones más relevantes es la quelatación y complejación de nutrientes con agentes orgánicos o sintéticos que mejoran su solubilidad, estabilidad y penetración foliar.
Tecnologías basadas en polisacáridos, aminoácidos, ácidos húmicos, urónicos y lignosulfonatos permiten vehiculizar elementos como calcio, zinc o hierro de manera mucho más eficiente que en formulaciones tradicionales, especialmente en lo que respecta a la contaminación por nitratos y la salinidad del suelo.
Contaminación por nitratos
Las formulaciones tradicionales como los nitratos (por ejemplo el nitrato de calcio o el nitrato de amonio) son altamente solubles en agua, lo que facilita su absorción por las plantas, pero también las hace susceptibles al lixiviado.
Esto significa que, cuando llueve o se riega en exceso, los nitratos se filtran fácilmente a las capas profundas del suelo y llegan a los acuíferos. El resultado es la contaminación de aguas subterráneas, que conlleva:
- Riesgos para la salud humana (como el síndrome del bebé azul o posibles efectos cancerígenos).
- Eutrofización en cuerpos de agua, que degrada ecosistemas acuáticos.
- Mayor presión regulatoria para la agricultura (zonas vulnerables a nitratos, límites de aplicación, etc.).
Las nuevas tecnologías permiten liberar los nutrientes de forma más controlada, reduciendo el riesgo de pérdida por lixiviación. Además, al usar matrices orgánicas como los polisacáridos o aminoácidos, los elementos como calcio, zinc o hierro son mejor asimilados por las plantas, por lo que se necesita aplicar menor cantidad.
Problemas de salinidad
Los fertilizantes tradicionales como los sulfatos o cloruros pueden contribuir a la acumulación de sales en el suelo, especialmente en sistemas de riego intensivo o en suelos mal drenados. Esto afecta negativamente a:
- La estructura del suelo (compactación, pérdida de porosidad).
- La absorción de agua por las raíces (estrés osmótico).
- La productividad de los cultivos a medio y largo plazo.
En cambio, los productos formulados con ácidos húmicos, urónicos o lignosulfonatos no solo evitan el aporte adicional de sales, sino que mejoran la capacidad de intercambio catiónico del suelo, promueven la retención de agua y ayudan a restaurar suelos degradados.
El uso de tecnologías basadas en compuestos orgánicos (se refiere a los polisacáridos, aminoácidos, ácidos húmicos, urónicos y lignosulfonatos ) para vehiculizar micronutrientes (se refiere al calcio, zinc o hierro) ofrece ventajas claras frente a las formulaciones tradicionales:
- Reducción de la contaminación por nitratos.
- Menor contribución a la salinidad del suelo.
- Mayor eficiencia de absorción por la planta.
- Aporte beneficioso al suelo y su microbiota.
A esto se suma la creciente incorporación de bioestimulantes con efecto foliar, como los extractos de algas, péptidos de bajo peso molecular y polisacáridos específicos, que no solo nutren, sino que modulan respuestas hormonales, mejoran la asimilación de nutrientes, y aumentan la tolerancia al estrés abiótico.
Diversos estudios publicados por entidades como el INIA (Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias), CITA de Aragón, IRTA, IFAPA y la propia FAO, han demostrado que el uso inteligente de la nutrición foliar puede:
- Incrementar el rendimiento de cultivos hasta en un 15-20 % en condiciones de estrés.
- Mejorar la eficiencia del uso del agua y fertilizantes, reduciendo pérdidas.
- Aumentar la calidad nutricional y comercial del fruto (calibre, °Brix, firmeza).
- Disminuir el impacto ambiental por sobredosificación radicular o lixiviación.
Este enfoque técnico se alinea con las tendencias globales hacia una agricultura regenerativa, de precisión y climáticamente resiliente, donde cada intervención debe estar justificada desde una base científica, económica y ecológica.
En ese sentido, la fertilización foliar moderna, lejos de ser una solución puntual, se convierte en un vector estratégico de sostenibilidad y productividad.
La tecnología de nutrición foliar, lejos de ser una técnica auxiliar, se ha convertido en un componente estratégico dentro de los planes de fertilización modernos.
Su capacidad para responder de forma localizada y oportuna a las necesidades del cultivo permite obtener mejores rendimientos, frutos de mayor calidad y plantas más equilibradas fisiológicamente.
Con productos como Foliartal N30, Foliartal L24 y Dulzee, Artal demuestra su compromiso con una agricultura técnica, eficiente y sostenible, aportando soluciones basadas en el conocimiento agronómico, la fisiología vegetal y la innovación en formulación.
La nutrición foliar es más que una aplicación: es una herramienta inteligente que, bien implementada, transforma el potencial genético del cultivo en resultados agronómicos tangibles.