Soluciones para el manejo de salinidad

Soluciones para el manejo de salinidad

La salinidad del suelo es uno de los problemas más limitantes en la agricultura actual, especialmente en zonas con riego intensivo, escaso drenaje o uso prolongado de aguas con elevada conductividad eléctrica.

Su presencia afecta de forma directa a la estructura del suelo, a la disponibilidad real de nutrientes y a la capacidad de la planta para absorber agua y desarrollarse con normalidad.

A diferencia de otros desequilibrios puntuales, la salinidad no se corrige con una única intervención.

Requiere un manejo técnico continuado, basado en la mejora de las propiedades fisicoquímicas del suelo y en la recuperación de un entorno radicular funcional.

Comprender su origen y sus efectos es el primer paso para aplicar soluciones eficaces y sostenibles en el tiempo.

Qué es la salinidad del suelo y cómo se origina

La salinidad se define como la acumulación excesiva de sales solubles en el perfil del suelo.

Estas sales pueden proceder de múltiples fuentes: aguas de riego con alto contenido en sodio o cloruros, fertilización continuada sin lavado adecuado, ascenso de sales por capilaridad o una deficiente estructura del suelo que impide su lixiviación.

Desde el punto de vista agronómico, un suelo salino no es necesariamente un suelo pobre en nutrientes.

El problema reside en que las sales interfieren en los procesos de absorción, alterando el equilibrio osmótico de la planta y dificultando la entrada de agua y elementos esenciales.

La salinidad suele incrementarse de forma progresiva, lo que hace que en muchos casos no se detecte hasta que el rendimiento ya se ha visto afectado.

Por ello, su manejo debe entenderse como una estrategia preventiva y correctiva a medio y largo plazo.

Impacto de la salinidad en el suelo y en el cultivo

Impacto de la salinidad en el suelo y en el cultivo

Los efectos de la salinidad se manifiestan tanto en el suelo como en la planta, generando una cadena de problemas que se retroalimentan entre sí.

En el suelo, la acumulación de sales provoca:

  • Dispersión de las arcillas, especialmente en presencia de sodio
  • Pérdida de estructura y compactación
  • Reducción de la aireación y de la infiltración del agua
  • Disminución de la actividad microbiana

En la planta, la salinidad genera:

  • Estrés osmótico, que dificulta la absorción de agua
  • Desequilibrios nutricionales, incluso con fertilización adecuada
  • Reducción del crecimiento radicular
  • Menor vigor vegetativo y productividad

El resultado es un sistema suelo–planta menos eficiente, donde el cultivo consume más recursos para obtener menores rendimientos.

Principios agronómicos para el manejo de suelos salinos

El manejo eficaz de la salinidad debe apoyarse en criterios estructurales, no solo en actuaciones puntuales.

El objetivo principal es restaurar un entorno radicular equilibrado, capaz de sostener la actividad fisiológica del cultivo.

Principios agronómicos para el manejo de suelos salinos

Los principios clave son:

  • Mejorar la estructura del suelo, favoreciendo la agregación de partículas
  • Incrementar la capacidad de intercambio catiónico (CIC)
  • Reducir el impacto del sodio intercambiable
  • Favorecer la actividad biológica del suelo
  • Facilitar la movilidad y asimilación de nutrientes

Estas acciones permiten que las sales pierdan protagonismo en el complejo del suelo y que el cultivo recupere su capacidad de desarrollo.

Manejo del suelo en invierno como estrategia frente a la salinidad

Manejo del suelo en invierno como estrategia frente a la salinidad

El periodo comprendido entre noviembre y diciembre representa una oportunidad clave para actuar sobre suelos afectados por salinidad desde un enfoque preventivo y estructural.

Durante estos meses, el suelo no compite activamente con el cultivo y permite realizar intervenciones orientadas a mejorar sus propiedades físicas, químicas y biológicas de forma más eficiente.

La incorporación de materia orgánica en invierno es una práctica especialmente eficaz en suelos salinos, ya que permite enriquecer el suelo en un momento de menor demanda fisiológica por parte de la planta.

Esta estrategia facilita que los procesos de mineralización y activación microbiana se desarrollen de forma progresiva, dejando el suelo preparado para la brotación primaveral.

Entre los principales beneficios de trabajar el suelo en esta fase destacan la mejora de la estructura, el aumento de la capacidad de retención de humedad, la activación de la microbiota beneficiosa y el fortalecimiento del complejo arcillo-húmico.

Estos factores resultan clave para reducir el impacto negativo de las sales y mejorar la funcionalidad del sistema radicular.

Además, una correcta gestión del suelo durante el invierno contribuye a reducir la dependencia de fertilización química en primavera y a disminuir el riesgo de desequilibrios nutricionales y problemas sanitarios asociados a suelos degradados.

En este sentido, el invierno debe entenderse como el momento de cuidar el suelo, ya que es en la campaña siguiente cuando el cultivo devuelve ese trabajo en forma de mayor estabilidad productiva y mejor respuesta agronómica.

Ventajas de una gestión correcta de la salinidad

Aplicar un programa técnico adecuado frente a la salinidad permite:

  • Recuperar la estructura y funcionalidad del suelo
  • Mejorar la eficiencia del agua de riego
  • Reducir el estrés en el sistema radicular
  • Optimizar la asimilación de nutrientes
  • Incrementar la estabilidad productiva del cultivo

El manejo de la salinidad no debe entenderse como una acción puntual, sino como una estrategia agronómica continua, clave para garantizar la viabilidad de los sistemas agrícolas en escenarios cada vez más exigentes.

Fertiorgan de Artal, soluciones específicas para el manejo de salinidad

Dentro de una estrategia técnica de recuperación de suelos afectados por salinidad, la gama Fertiorgan ofrece soluciones orientadas a mejorar las propiedades fisicoquímicas del suelo, actuar sobre el complejo arcillo-húmico y facilitar la nutrición vegetal en condiciones adversas.

Fertiorgan Ca

Fertiorgan Calcio

Fertiorgan Ca

Corrector salino de Artal formulado a base de calcio complejado con lignosulfonatos y materia orgánica.

Su aplicación favorece el desplazamiento del sodio del complejo arcillo-húmico, ayudando a restaurar la estructura del suelo y a mejorar la capacidad de intercambio catiónico.

Esto se traduce en una mayor disponibilidad de nutrientes en las plantas y en un entorno radicular más estable, especialmente en suelos con problemas de sodicidad.

Fertiorgan Humus

fertiorgan humus

Fertiorgan Humus

Basado en ácidos húmicos y fúlvicos procedentes de Leonardita, Fertiorgan Humus actúa incrementando la actividad microbiana del suelo y mejorando sus propiedades fisicoquímicas.

En suelos salinos, contribuye a fortalecer el complejo arcillo-húmico, aumentar la capacidad amortiguadora y mejorar la retención y asimilación de nutrientes, creando condiciones más favorables para el desarrollo radicular.

Fertiorgan Microelementos

Fertiorgan microelementos

Fertiorgan microelementos

Nuestro producto aporta materia orgánica enriquecida con microelementos, ayudando a corregir desequilibrios nutricionales frecuentes en suelos afectados por salinidad.

Su acción mejora la disponibilidad de micronutrientes esenciales y refuerza la actividad biológica del suelo, aspectos clave para recuperar la funcionalidad del sistema suelo–planta.

Estas soluciones no actúan de forma aislada, sino como parte de un manejo integral del suelo, orientado a resultados sostenibles y acumulativos.

Preguntas frecuentes sobre el manejo de la salinidad

¿La salinidad del suelo puede eliminarse completamente?

No siempre. En la mayoría de los casos se puede reducir y gestionar, mejorando las condiciones del suelo para que el cultivo se desarrolle con normalidad.

¿Todos los cultivos responden igual a la salinidad?

No. Existen cultivos más tolerantes y otros muy sensibles, por lo que el manejo debe adaptarse a cada caso.

¿La salinidad solo depende del agua de riego?

No. También influyen la estructura del suelo, el drenaje, la fertilización y el manejo agronómico general.

¿Cuánto tiempo se tarda en ver mejoras tras aplicar soluciones para salinidad?

Depende del grado de afección y del suelo, pero las mejoras estructurales suelen observarse de forma progresiva a medio plazo.

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