En este artículo de Artal, explicaremos por qué es tan importante controlar el pH del suelo agrícola, qué problemas puede acarrear un pH desequilibrado, cómo medirlo correctamente y qué soluciones existen para ajustarlo cuando es necesario.
Además, hablaremos de nuestro Reductal Plus y desvelaremos las ventajas agronómicas que conlleva una buena gestión del pH en la producción agrícola.
La importancia del pH en el suelo agrícola
Primero, indicamos qué es exactamente el pH del suelo. Se trata de una medida que indica su nivel de acidez o alcalinidad, y se expresa en una escala del 0 al 14, donde un valor de 7 representa la neutralidad.
Este parámetro es fundamental para la agricultura porque determina la solubilidad y disponibilidad de los nutrientes en el suelo, afectando directamente a su absorción por parte de las raíces.
Cuando el pH se encuentra fuera del rango óptimo (generalmente entre 5,5 y 7,5, dependiendo del cultivo), muchos nutrientes esenciales como el fósforo, hierro, manganeso o microelementos esenciales pueden volverse insolubles o, por otro lado, alcanzar niveles tóxicos.
Además, el pH del suelo está relacionado con la actividad microbiológica, clave para procesos como la descomposición de materia orgánica, la fijación biológica de nitrógeno o la mineralización de nutrientes.
Algunos microorganismos beneficiosos, como bacterias y hongos, requieren un rango de pH adecuado para desarrollarse y desempeñar sus funciones.
Por tanto, un pH equilibrado no solo garantiza una correcta nutrición vegetal, sino que también favorece la salud del suelo a nivel biológico.
Además, factores como la salinidad en los suelos también pueden agravar estos desequilibrios, reduciendo la eficiencia en la absorción y afectando la salud general de las plantas.
Por eso, mantener un pH adecuado y controlar la salinidad son claves para garantizar cultivos más saludables y productivos.
Consecuencias de un pH desequilibrado en los cultivos
A continuación, explicaremos las principales consecuencias de un pH agrícola desequilibrado, ya sea por exceso de acidez o alcalinidad:
- Bloqueo de nutrientes. Un pH irregular reduce la solubilidad de muchos nutrientes esenciales, dificultando su absorción por las raíces.
- Desarrollo deficiente de las raíces. Un entorno demasiado ácido o alcalino daña los pelos absorbentes de las raíces, mermando su capacidad para explorar el suelo y absorber agua y nutrientes.
- Menor rendimiento de los cultivos. La mala nutrición y el estrés radicular provocados por un pH desequilibrado afectan negativamente al crecimiento vegetativo y a la producción final.
- Disminución de la actividad microbiana beneficiosa. Como hemos mencionado, muchas bacterias y hongos que favorecen la salud del suelo no sobreviven fuera de un rango óptimo de pH.
- Mayor susceptibilidad a enfermedades. Las plantas mal nutridas y con raíces debilitadas están más expuestas a plagas y enfermedades.
- Toxicidad por elementos como aluminio o manganeso (en suelos muy ácidos). Estos elementos pueden alcanzar concentraciones dañinas para las plantas.
- Problemas de asimilación de micronutrientes (en suelos muy alcalinos). Elementos como hierro, zinc, cobre o manganeso se vuelven insolubles.
Cómo medir y controlar el pH del suelo
Es el turno de conocer herramientas y técnicas para medir el pH del suelo:
- Kits de análisis rápidos. Ideales para agricultores que necesitan una estimación rápida y sencilla en el momento y lugar.
- Medidores digitales de pH. Éstos ofrecen lecturas más precisas y son óptimos para monitoreos frecuentes.
- Análisis de laboratorio. Método más fiable para conocer el pH y otros parámetros complementarios del suelo.
- Tiras reactivas. Son una opción económica y accesible para comprobaciones puntuales.
Finalizamos este apartado con el manejo proactivo del pH y su frecuencia recomendada. El manejo proactivo del pH consiste en supervisar este parámetro de forma regular para detectar cualquier desviación antes de que cause efectos negativos en los cultivos.
Así, te anticipas a desequilibrios y es posible aplicar soluciones correctivas adaptadas a cada tipo de suelo, como enmiendas ácidas o básicas.
Un monitoreo constante del pH, combinado con un conocimiento técnico del cultivo y del entorno, optimizará la disponibilidad de nutrientes, favorecerá el desarrollo radicular y mantendrá la actividad microbiológica en niveles óptimos.
Desde Artal, recomendamos analizar el pH del suelo al menos una vez por campaña agrícola, o siempre que se realicen labores importantes (nuevas siembras), aplicaciones intensas de fertilizantes o tras fenómenos climáticos extremos (lluvias prolongadas o sequías).
Soluciones efectivas con Reductal Plus
Desde Artal, presentamos REDUCTAL Plus, una solución avanzada y eficaz para regular el pH del agua de riego, un factor clave, como hemos visto.
Formulado a base de nitrógeno y fósforo, este producto actúa como un potente reductor de pH con efecto mojante, acondicionando el agua alcalina usada en los caldos de fertilizantes y fitosanitarios.
Al disminuir el pH de forma rápida y eficiente, REDUCTAL Plus optimiza las condiciones del medio, favoreciendo la disponibilidad de nutrientes y mejorando la absorción de los productos aplicados.
Además de esta citada función acidificante, REDUCTAL Plus destaca por su mencionada acción mojante, que reduce la tensión superficial de la gota y facilita la penetración del tratamiento foliar en las hojas.
También actúa como mejorador de aplicaciones fitosanitarias, ya que potencia la asimilación de los principios activos utilizados, incrementando así la eficacia global de las aplicaciones.
Es compatible con todo tipo de cultivos, desde frutales y cítricos hasta hortícolas, extensivos u ornamentales, y su fácil manejo y versatilidad lo hacen esencial en cualquier estrategia de agricultura tecnificada y sostenible.
Ventajas agronómicos de un pH bien gestionado
Mantener un pH equilibrado en el suelo o en el agua de riego también es fundamental para asegurar la salud y el rendimiento de los cultivos. En este último apartado compartimos los beneficios directos de una correcta gestión del pH, como:
- Cultivos más sanos y vigorosos, con mayor resistencia al estrés y a enfermedades.
- Mayor absorción de nutrientes esenciales, como nitrógeno, fósforo, potasio y micronutrientes.
- Mejora en la eficiencia de los fertilizantes y fitosanitarios, al optimizar las condiciones para su acción.
- Incremento en la productividad y calidad de las cosechas, con rendimientos superiores por hectárea.
En Artal ofrecemos soluciones técnicas como REDUCTAL Plus, diseñadas para ayudarte a gestionar el pH de forma eficaz y avanzar hacia una agricultura más precisa, rentable y sostenible.
Si tienes alguna consulta sobre éste u otro de nuestros productos, contáctanos.