La salinidad afecta el crecimiento y producción de los cultivos al reducir el potencial hídrico de la solución del suelo, disminuyendo así la disponibilidad de agua, y al crear un desequilibrio nutritivo dada la elevada concentración de elementos (Na+, Cl–) que pueden interferir con la nutrición mineral y el metabolismo celular.
El Calcio tiene un efecto moderador de los efectos de la salinidad y especialmente del sodio en el suelo y en la planta.
El Calcio por ser un catión bivalente y con una menor capa de hidratación desplaza al sodio del complejo de cambio y mejora la agregación de suelos salinos. La mayor actividad de calcio y otros cationes en suelos con sodio, reducen los efectos tóxicos de este elemento en las plantas.
El calcio también favorece el intercambio en el complejo arcillo-húmico del suelo y el desplazamiento de los iones sodio del mismo que se lixivian y se pierden del complejo de cambio, reduciendo el % de sodio intercambiable.